martes, 1 de febrero de 2011

L.

12/10/09


Me siento incapaz de decirte por qué no te aparto de mí, por muy lejos que estés desde hace tiempo.

Es inútil nombrar las miles de razones por las que te quise, lo mismo que nombrar las que me hicieron olvidarte. Porque realmente no lo hice.

Te borré de mí a la fuerza, rascando hasta sangrar. Pero lo cierto es que ahí te quedaste, y sales a la luz cuando menos lo espero, cuando nada apunta a que eso pase. Pero pasa.

Pasa porque te quise como a nadie. Pasa porque lloré lo que nadie sabe. Pasa porque siempre, de una u otra manera, te voy a tener ahí, donde siempre estuviste y de donde nunca te fuíste.

Pasa porque tú, en mi recuerdo, siempre serás tú. No en quien te convertiste, o tal vez en quien quisiste aparentar que te convertías. Tal vez, no sé, para facilitarme ese inútil camino hacia el olvido.


Yo aquí seguiré (de vez en cuando y si no te importa), recordando tus abrazos, tus besos, tus miradas, tus bromas y tus salidas únicas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario